unas laparbas

brindémos! aRRIBA esas copas,

por lo buenos y los malvados.

salud! manga de soba reglas!
porque no pesa lo pasado.

Celebrar siempre aunque haya rabia
como Obregón en su monociclo.

yo lo ví tendido en el suelo a lo jesucristo,
crucificado, descanzando con la cabeza girando
a su alrededor, qué carajo pasaba?
unos cubos escoceses querían sensurar el funk.

Y ahora me asombra esa cosa, bien del Opus Dei,
de tener hijos y mas hijos, rubiesitos en cuatriciclos.
No digo que no sean lindos los mococitos, pero a la larga,
entre ellos se encargan, de tender los alambres de sus corrales.

y Así la frescura se vuelve un gélido leit motiv
que adquirió en el jardín.

Por suerte llegué hasta el décimo corral,
lejos de estos muniecos de bizcochuelo,
endurecidos e inflamados.
Yo puedo si quiero, bailar break dance en el suelo
y mis cachetes no enrojecer, ellos sigue siendo las siluetas de cartón.

No sé, que se yo, no tengo un master en derecho,
pero sí el derecho, a vivir como un master.
Si me dan la palabra en una confitería, yo diría, que:
son mejores los cien volando que el que se quedó en la mano.